La mayoría de
formaciones políticas de nuestro país defienden la necesidad de proceder, lo
antes posible, a reformar la CE. Cuestión distinta es qué quiere hacer cada una
de ellas con esa reforma, que evidentemente trata de arrimar el ascua a su
propia sardina. Yo, sin embargo, creo que la CE es necesaria reformarla para
adaptarla a los nuevos tiempos. Las leyes deben estar al servicio de los
ciudadanos y no al revés, y si, como es evidente, nuestro país está en continua
evolución, también las normas que regulan nuestras relaciones jurídicas deben
ir avanzando, pero mirando siempre el interés general, no el particular de unos
u otros, dependiendo quien salga más “cool” en la foto de su red social
preferida, ni de que ahora haya unos partidos denominados emergentes, que se
creen con más derecho que nadie, porque sean unos auténticos profesionales de
la TV y del marketing político.
Y, qué es lo que
debería contener esa modificación de la CE?. Pues desde mi punto de vista,
serían varias cuestiones:
-La primera de ellas,
es que debería exigirse una mayoría cualificada para poder aprobar las que yo
denomino “leyes sociales básicas”, como son las de educación y las relativas a
la salud o a la justicia. Ello permitiría, por un lado tener seguridad de que
servicios tan esenciales como esos van a permanecer por un largo periodo de
tiempo, sin que estén al albur de cada partido que gobierne con mayoría (aunque
hay que aclarar que en España todas las leyes educativas que ha habido han
salido de gobiernos socialistas, puesto que la LOCE de Aznar no llegó a
aplicarse y la famosa LOMCE de Wert va por el mismo camino), y por otro
asegurarse que todos los ciudadanos españoles van a tener los mismos servicios
educativos, médicos o judiciales independientemente de la CCAA en la que
residan. Esas dos reivindicaciones, que parecen más que lógicas y de sentido
común, todavía no hemos sido capaces de conseguirlas, en nuestro querido (con
perdón) país.
-Otra cuestión que
hay que modificar, vía CE, es el sistema electoral, en varias cuestiones, todas
ellas de vital importancia y trascendencia:
La primera es en
cuanto a la circunscripción que se tiene en cuenta en la celebración de las
elecciones generales. Hay que evitar que en el parlamento español estén
representados partidos que no solo, no creen en España, sino que quieren acabar
con ella, mediante la separación de sus CCAA. Creo que eso se evitaría,
simplemente con modificar la circunscripción, que ahora es la provincia, por la
nacional, exigiendo, evidentemente, un porcentaje mínimo en toda España, no en
la provincia, como ahora sucede.
Igualmente habría que
adoptar un sistema que impida la actual situación de un gobierno en funciones,
que aunque muchos piensan que es como mejor funcionan los países, yo no puedo
estar más en desacuerdo, ya que hay muchas cuestiones que están paralizadas y
sin poder decidir sobre si se ejecutan o no y esa incertidumbre es lo peor que
puede ocurrir en momentos de dificultades económicas, como la que todavía
atraviesa España. ¿Sabéis lo que hubiera ocurrido si en Congreso de los Diputados,
para elegir Presidente del Gobierno, se aplicase la misma norma que para elegir
los gobiernos municipales?. Pues es muy fácil, si en la primera votación ningún
candidato hubiera obtenido mayoría absoluta, automáticamente se habría elegido
Presidente al candidato de la lista más votada. Dicho de otra manera, hace ya
mucho tiempo que tendríamos gobierno, bien porque los partidos perdedores (PSOE,
P´s y C´s) se hubiesen puesto de acuerdo (sin esperar al 1 de mayo y darle una
alegría a los trabajadores), o bien porque, en segunda votación, al no obtenerse
mayorías absolutas, se habría nombrado presidente al candidato del PP. Así de
fácil, sería una fórmula rápida de conseguir acuerdos que ahora van a costar 4
meses, con las negativas consecuencias que de ello se puedan derivar.
Y otra reforma
electoral necesaria es la de las Diputaciones. Quienes defienden su
desaparición es lisa y llanamente, porque no tienen ni idea de los servicios
básicos que dichas instituciones prestan. ¿O es que P´s y C´s se quieren cargar
(aparte de los toros, la caza, la Navidad, la SSanta y las procesiones) los
servicios de extinción de bomberos o los de asistencia a municipios, por
ejemplo?. Como hay que estar con los pies en el suelo y conocer la realidad, lo
que sí considero necesario es una modernización de las Diputaciones, empezando
por modificar el sistema de elección, que ahora es indirecta y un poco
complicada para el ciudadano. Sería conveniente que, cuando se celebran las
elecciones locales, hubiera una urna más y se pudiera elegir, directamente, al
Presidente de la Diputación o a los diputados provinciales, que posteriormente,
procederían a la elección de aquel.
Por último y, aunque
esto podría hacerse a través de la modificación de la Ley Electoral, entiendo
que no estaría de más introducir en la CE la obligatoriedad del voto
electrónico, al menos para los electores menores de 65 años, por ejemplo. No
podemos estar gastando ingentes cantidades de papel y dañando al medio ambiente
en la impresión de millones de papeletas de votación que después del proceso
electoral van directamente a la pira, aparte de que tenemos que empezar a dar
una imagen de modernidad y para ello, es fundamental la utilización de las
nuevas tecnologías. Tampoco estaría de más suprimir de un plumazo las
subvenciones a los partidos para la propaganda electoral. ¿Alguien vota a un
partido por el hecho de ver un cartel colgado de una farola? Con los medios de
comunicación, internet y las redes sociales, las batallas electorales ya no se
dirimen en las calles, sino en los PCs, tablets y móviles.
-Otra modificación de
calado debería ser la de la admon local. Necesitamos una nueva planta
municipal, no puede hacer Ayuntamientos con 50 habitantes y que pretendan tener
los mismos servicios que una capital de provincia. Eso no es eficiente, ni
sostenible. Pero no nos pasemos, tampoco creo que sea acertado, como proponen
los señores de naranja, suprimir todos los municipios menores de 5.000
habitantes. Eso supondría, en la provincia de CC, quedarnos, exactamente, con
11 ayuntamientos. Y además, debería aprobarse de una vez por todas, la
financiación suficiente de las entidades locales, a ver si así se le quitan a
algunos las ganas de hacer experimentos a costa de lo local, como la supresión
del IBI de los edificios sanitarios.
Esas serían, desde mi
punto de vista, las reformas más necesarias en nuestra norma fundamental,
aunque se puede hacer extensible a todas aquellas leyes que deben hacer más
fácil nuestras vidas, suprimiendo la lenta burocracia por la eficacia y la
eficiencia.
Ah, y ya puestos,
también se debería prohibir el postureo, la teatralización excesiva y los paseítos
de las parejas políticas de hecho, que lo único que intentan es la manipulación
virtual del electorado. Jajaja.