lunes, 10 de febrero de 2014

LA JUSTICIA LENTA, NO ES JUSTA


Nunca he tocado este palo. No se si será porque solo de pensar la tremenda responsabilidad que tienen los jueces, al depender de ellos tan importantes decisiones, me da el yuyu.
Pero hay algunas decisiones, fallo dicen ellos, que son realmente eso: un auténtico FALLO. Por supuesto que yo no voy a dudar de la legalidad de ninguna decisión judicial, ni mucho menos. Estoy absolutamente seguro de que sus señorías aplican siempre la ley vigente y que de ellos no dependen los contenidos de las mismas, sino del poder legislativo. Pero es que en  las últimas semanas la justicia está queriendo ser protagonista en Extremadura, al haber parido un par de sentencias de lo más absurdo e ilógico. En primer lugar se ha ordenado derribar un edificio de BA que es conocido como “EL CUBO”. Ni sé donde está ese edificio, ni que finalidad tiene, ni si es bonito, feo o mediopensionista. Pero lo que sí opino es que, con la que está cayendo, hay que estar muy alejado de la realidad para ordenar el derribo de un edificio que habrá costado construirlo uno entero y la yema del otro. A ver: con esto tampoco quiero defender las barbaridades urbanísticas que, por cierto, han crecido como setas en nuestra querida Comunidad. Pero lo que yo pienso es que si hay una edificación que no puede realizarse, que la justicia intervenga antes, en la fase de construcción o incluso en la de tramitación de las licencias, de tal manera que se impida la ejecución de unas obras hasta que no se decida si las mismas son legales o no. Pero, en todo caso, si ya está hecho el mal, lo que no puede es tirarse por la borda una cantidad ingente de dinero público, que sale de los bolsillos de todos nosotros.
En segundo lugar, esta semana nos hemos desayunado con una sentencia del TSupremo, por la que se ordena que la Isla de Valdecañas vuelva a su estado inicial. Vamos, a ser una isla desierta, con un montón de eucaliptos, que es la flora que tenían antes de que unos emprendedores decidieran arriesgar sus ahorros para crear puestos de trabajo y riqueza. Pero nada, aquí parece que tiene más valor un titi-titi que 300 millones de euros de inversión, que bastante falta nos hace, por cierto. Esperemos que, al final, se llegue a un acuerdo y los demandantes, los señores ecologistas, se den cuenta que los pajaritos pueden seguir en ese paraje, pero los empleos y los dineros, pueden volar para siempre si al final se llega a la locura de ejecutar ese gran FALLO del TS.
Pero no se quedan en Extremadura, los fallos también han hecho mella en la sanidad madrileña para regocijo del rojerío capitalino que, sin embargo, cierra los ojos ante los mismos hechos que acontecen en Andalucía o Cataluña. Ver para creer!
Y tampoco se han quedado atrás en la comunidad valenciana, donde echaron por tierra un ERE que, aunque doloroso como todos, hubiera sido el mal menor y hubiera evitado el cierre de la TV de esa región.
En definitiva, desde mi punto de vista, cuando la justicia tarda tanto en resolver un asunto, cuando llega tan tarde, es inevitable que sus pronunciamientos sean contrarios a la lógica y al sentido común.

Y, evidentemente, soy consciente de que la solución no es fácil, pero lo que no podemos permitirnos a estas alturas es dilapidar los dineros y los puestos de trabajo. Así que, sr. Ministro, empiece por cambiar las leyes, que entonces, seguro que los jueces, serán más justos.