martes, 31 de diciembre de 2013

QUE TE VAYA BONITO, 2013!!!



La Navidad es un tiempo de tradiciones y costumbres, de hacer determinadas cosas que se repiten una vez al año: el Gordo, los turrones, el champán, toda la familia, los regalos de los RRMM, etc.
Es por ello que estos son también días de nostalgia y de sentimientos a flor de piel, porque es cuando más nos acordamos de los que ya no están y, sobre todo, si este es el primer año que Él falta. Y no podía haber sido otro año, no!. Ha tenido que ser en este fatídico 2013, auténtico calvario para muchas familias y especialmente para mi familia y la de varios amigos cercanos, que también han sufrido la pérdida de su padre.
Ya no volverán las Navidades a la lumbre del pueblo, el besugo al horno o los mariscos embadurnados en mayonesa para que no me dieran alergia.
Estos recuerdos se han visto acrecentados, además, por la actuación de una de mis cantantes preferidas de los 80. Aunque mis favoritos de verdad eran Mecano, había una chica de ojos claros y voz sugerente y afrancesada que, en aquella edad del pavo, me tenía prendado. Pues tengo que decir que, nada mas y nada menos que treinta y tantos años después he tenido la oportunidad  y gran suerte de escucharla en vivo y en directo. Lo cierto y verdad es que los años no pasan en balde, y aunque la belleza de antaño ya no acompaña, esta chica anglohispana me hizo vibrar al son de unos acordes y de una letra que me era tan familiar que, después de tantos años, aún recordaba casi al dedillo. Y es que Jeannette para mi fue un verdadero ídolo. Su casette “Corazón de poeta” fue la primera música que compré en mi vida, y lo hice en una tienda mítica de CC, que ya tampoco está, en Harpo.
Yo no soy supersticioso, pero creo que el año que está a punto de terminar no ha sido bueno para nadie. En la economía un desastre (aunque parece que la macro está dando visos de recuperación, o eso dicen), en política para qué contar, este ha sido el año de los Ere, los Barcenas y los sindicatos chupatintas y para postre, viene un señor ministro y se saca de la manga una ley de la que nadie se acordaba y monta el chocho padre. Y mira que a mi me gusta Alberto, pero creo que en esta ocasión la ha cagado. Yo estoy harto de que los políticos, en vez de resolver los problemas que afectan a los ciudadanos, se quieran poner medallas y sacar conejos de la chistera, que lo único que consiguen es crear incertidumbre y conflictos sociales (esto también es aplicable a la deriva nacionalista del Sr. Arturo).
En definitiva, yo personalmente estoy deseando que pase este año terminado en 13 y espero y deseo que 2014 (a mí me gustan más los años pares) venga cargadito de paz, salud, trabajo, recuperación económica y sentido común, que falta hace en todos los aspectos de la vida.
Pues lo dicho, FELIZ AÑO 2014!!!



viernes, 6 de diciembre de 2013

MICÓLOGO NO, APRENDIZ DE SETERO



El otoño es la estación perfecta del año para pasear por los bosques o dehesas cacereños en busca de esas delicatesen que son las setas. Abundan en nuestra provincia en esta época y es una alternativa a las rutas domingueras, no exentas del disfrute de los colores ocres de la arboleda cacereña.
Hacía mucho tiempo que no salía a por setas. Mi afición surgió de la mano de Raquel y de Vito, junto a los cuales empezamos a conocer las variedades de setas más abundantes por nuestros lares. La primera guía de setas que tengo data de noviembre de 1993 y el consejo que deje escrito en la primera página fue “Cómete solo las que conozcas”. Y las conocidas en aquella época eran los níscalos, el parasol, el pie azul y el champiñón, principalmente. Además, conocía también el boletus, que era la que más abundaba por mi pueblo (algunos expertos hacían su particular otoño recolectando y vendiendo boletus a las empresas de Moraleja que instalan puestos de compra en Alcuéscar).
Estuvimos  4 o 5 años saliendo al campo a por setas y llevándonos algún susto-anécdota, como el día que, después de coger níscalos en Garciaz, y dar buena cuenta de ellos, produjeron un color anaranjado chillón en mi orina, lo cual causó mi alarma y la hilaridad de los demás, que ya sabían que ello iba a suceder.
Desde entonces no había vuelto a salir a por setas, hasta que Paco y Juan me propusieron dedicar un domingo a ello. Y cual de novatos se tratase, cometimos la barbaridad de coger toda seta que se cruzaba en nuestro camino. La idea era llevarlas el día siguiente al Complejo San Francisco, donde se celebran “Lunes Micológicos”, donde los expertos nos dijeron realmente lo que habíamos cogido. Lo cierto es que yo propuse repartirnos los boletus, ya que esa seta estaba bien identificada. Pero al final, todas las setas recolectadas pasaron la noche en el maletero del coche, cosa que, según nos dijeron, nunca debe hacerse, entre otras cosas porque si alguna seta está bicheada, se lo transmite a las demás.
En definitiva, el amigo Magín nos dio una buena clase que se resume en que tenemos que coger solamente las setas conocidas y, si es posible, no mezclarlas más tiempo del imprescindible de la recogida. Además, nos enseñó a identificar algunas setas que habíamos cogido y que nosotros no conocíamos, como la russula cianoxanta o la amanita rubescens, y que aunque son comestibles, se confunden fácilmente con otras especies de russulas o de amanitas, que no lo son. También nos dio a conocer la amanita cesarea o huevo de rey, que, a criterio de muchos, es la mejor de las setas comestibles y puede incluso, comerse cruda, por ejemplo en ensaladas o en carpaccio.

Así que, Magín, lección aprendida, se pueden coger todas las setas que quieras, a efectos de su identificación por los expertos, pero, en definitiva, hay que hacer caso al consejo de 1993: “CÓMETE SOLO LAS CONOCIDAS”.